Hoy, alentado por @Qappe y su #ViernesDePoesía, me puse a buscar un par de poemas que me removieran el alma. No tengo poemas ni poetas favoritas, mi selección cambia por horas, según la estación, el estado de ánimo, la compañía, el grado de alcohol, la hora del día, el viento, en fin, por todo ese montón de cosas que motivan la poesía. Así que decidí no darle demasiadas vueltas al asunto y traer un imprescindible, un clásico que sirve bien para una madrugada al pie de una espalda desnuda o para una tarde de noviembre, lluvias y borrachera. Edgar Lee Masters coleccionó, para decirlo a la manera de sandro Cohen las voces de «un cementerio poblado de espíritus que viven su muerte intensamente: espíritus rencorosos, vengativos, a veces iluminados, y otras veces tan ciegos como lo fueron en vida; seres que desde la tumba enjuician a su pueblo, a su gente, a sí mismos y, lo que es más importante, a su país.» Aquí les dejo algunos de esos vivos estertores.
MINERVA JONES
Yo soy Minerva, la poetisa del pueblo.
Me insultaban e injuriaban los patanes de la calle
por mi cuerpo pesado, por bizca, por mi andar
quebrado,
y mucho más cuando “Butch” Weldy me apresó
después de una cacería brutal;
me dejó con mi destino y el doctor Meyers;
y me deslizaba cada vez más hacia la muerte,
empezaba a entumecérseme el cuerpo
de los pies para arriba,
como si entrara poco a poco en un arroyo de hielo.
¿No irá nadie al periódico local
a juntar en un volumen mis versos?
¡Estaba tan sedienta de amor!
¡Tan hambrienta de vida!
KNOWLT HOHEIMER
Fui la primera sangre
de la batalla de Missionary Ridge.
Cuando sentí la bala atravesar mi corazón,
pensé que mejor hubiera ido a la cárcel
por robar los cerdos de Curl Trenary
en vez de huir y enrolarme en el ejército.
Mil veces prefiero la cárcel del condado
que yacer aquí bajo una Victoria de mármol
y este pedestal de granito
soportando la inscripción “Pro Patria”.
Siempre quise preguntar
el significado de esas palabras.
JONES EL VIOLINISTA
La tierra mantiene una vibración
por las venas de tu sangre y eres tú.
Y si la gente se entera de que tocas el violín,
pues tienes que tocarlo, y toda la vida.
¿Qué ves, un agosto de trébol,
una pradera que lleva al río?
El viento sopla por los maizales; o te frotas las manos
por las reses que irán al mercado
o escuchas el rumoreo de faldas
como de muchachas cuando bailan en La Arboleda.
Para Cooney Potter una polvareda
o un torbellino de hojas siempre fue sequía;
pero para mí eran como el Pelirrojo Sammy
en un zapateado de “Turalú”.
¿Cómo trabajar mis cuarenta acres
—de comprar más ni hablar—
cuando una orquesta de cuernos, fagotes y flautines
se alborotaba en mi cabeza por el canto de los pájaros
y el crujir de un molino, nada más?
Y nunca pude arar sin que alguien,
parado en el camino, me invitara a un baile o barbacoa.
Me quedé con mis cuarenta acres,
terminé con un violín quebrantado…
quebrantada la risa y mil recuerdos,
y jamás me arrepentí.
WENDELL P. BLOYD
Primero me acusaron de faltas a la moral,
ya que no hubo ley contra la blasfemia.
Después me encerraron por loco,
y un guardia católico me mató a golpes.
Mi ofensa fue ésta:
dije que Dios le mintió a Adán, y lo destinó
a vivir la vida de un idiota,
sin saber que en el mundo hay mal, lo mismo que bien.
Y cuando Adán se mostró más listo que Dios, comiéndose
la manzana,
la mentira se hizo patente.
Y Dios lo arrojó del Edén para evitar
que tomara el fruto de la vida eterna.
¡Por Cristo! Ustedes son gente sensata.
Escuchen lo que Dios mismo dice de esto en el Génesis:
“He aquí el hombre es como
uno de nosotros” (un poco de envidia, ¿verdad?),
“sabiendo el bien y el mal” (se descubre la mentira
de que todo es bueno):
“Ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también
del árbol de la vida, y coma y viva para siempre”.
Y lo sacó Jehová del huerto del Edén.
(La razón, creo, por la cual Dios
crucificó a Su Propio Hijo
para salir de esta miserable maraña,
es que de Él no se esperaba menos)
Hermosa idea la de los viernes de poesía! Compartir poemas me parece tremenda idea para conocer autores, como este que encuentro yo, gracias a vos, que me dejó encantada… Un beso desde Argentina!
¡Pues hagámoslo una tradición! Desde tú día 9 no he pasado por tu blog, tengo que recuperar el tiempo perdido ;). Un beso desde La Habana.
R
Pobre Minerva Jones… buenísimos los poemas en general, no conocía al autor. abrazo!!
Siempre disfruto con los nuevos poemas… pero el de WENDELL P. BLOYD me dejó sin aliento. Genial.