El martes fue un día intenso. ¡¡Al fin nos lanzamos al ruedo de la creación cinematográfica!! Tras mucho tiempo convenciéndonos mutuamente de la necesidad de romper la inercia, David y yo, en compañía de unos amigos, filmamos las tomas de lo que debe ser nuestra opera prima, un cortico. Ahora queda el complejo proceso de edición en el que haremos gala de todo nuestro fanatismo a la amplia tradición que tiene ese maravilloso invento de algo más de cien años llamado cine.
Aspiramos (esperamos) ver nuestro corto colado en la Muestra de Jóvenes realizadores, y quien sabe que pueda pasar entonces. Por lo pronto, ahora debemos armarlo y en un futuro muy próximo sentarnos emocionados frente a una pantalla (doméstica) con muchas rositas de maíz a ver correr los créditos.